¿Qué es contabilidad tributaria?
La contabilidad tributaria forma parte de la ciencia contable. En términos generales no existen conceptos referidos a la materia, sino que la doctrina ha elaborado algunas definiciones para referirse a esta disciplina. Entre ellas se destaca Monsalve (2005), que la plantea como un sistema de información en sí misma, abarcando dentro de su objeto el conjunto de normativas, reglamentaciones, y procesos cuya aplicación rigurosamente planeada, preparada y presentada verifica los requerimientos de las autoridades de hacienda.
Asimismo, es factible considerarla como parte integrante de los sistemas de información contable, aunque no se encuentra regulada por los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA). En este sentido, se ocupa de la determinación de la carga impositiva y el devengamiento de las obligaciones que de ellas se deriven. Por lo que resulta indudable su impacto en los estados financieros de presentación.
Importancia de la contabilidad tributaria
La importancia de la contabilidad tributaria en las empresas se ve reflejada en el cumplimiento de sus objetivos:
– Determinar el impuesto a pagar mediante la aplicación de la legislación tributaria vigente.
– Garantizar el cumplimiento de las obligaciones fiscales.
– Servir de base de registración en la contabilidad financiera, conforme a los PCGA, efectuando los devengamientos que correspondan e imputando al resultado.
– Ajustar los estados financieros, permitiendo su expresión conforme a la legislación fiscal vigente.
– Proporcionar la explicación pertinente de las causas de las variaciones en estado patrimonial, estado de resultados y origen y aplicación de fondos, en el sentido fiscal.
– Diseñar la estrategia fiscal de las empresas y particulares.
– Elaborar presupuestos y proyecciones de las erogaciones futuras en materia tributaria.
– Determinar el impacto impositivo en los proyectos de la empresa, como un cálculo marginal.
– Establecer la valuación fiscal de la unidad de negocio.
– Llevar los libros contables y fiscales debidamente actualizados.
Por otra parte, es importante que la contabilidad tributaria sea gestionada a través de las herramientas que proporcionan las tecnologías de la información. Las ventajas que se obtienen a partir de la adecuada configuración de los sistemas informáticos de procesamiento de datos son:
– Celeridad en la gestión de pagos de haberes, y cargas tributarias:
Contribuyen a la reducción de las tareas administrativas, en especial aquellas que son repetitivas en el tiempo y que tienen escasa incidencia en el valor agregado de los procesos. Entre ellos existen softwares que determinan el impuesto a pagar a partir de la captura de bases de datos de comprobantes de compras y ventas, como así también el cálculo de aportes y contribuciones patronales, mediante los datos de los sueldos a pagar. Asimismo, permiten la registración de asientos globales en la contabilidad financiera y la conciliación de cuentas a través del uso de bots.
– Minimiza los riesgos de cometer errores en la carga de datos:
En el caso de las herramientas TIC, trabajan de forma automatizada realizando varios procesos a la vez tomando la misma base de datos y filtrando los registros necesarios para generar cada declaración jurada.
– Evitar en incurrir en faltas de presentación en tiempo y forma:
El control minucioso y el proceso de grandes volúmenes de datos en un menor tiempo permiten la presentación de las declaraciones juradas impositivas en el plazo legal establecido, por lo que se reducen los costos de las erogaciones por multas e infracciones por errores u omisiones, faltas de presentación, o registro fuera de término.
– Mejoras en la toma de decisiones:
El hecho de disponer de información confiable, oportuna, pertinente, verificable contribuye a que el proceso decisorio se lleve a cabo de manera eficiente y con la debida celeridad.
– Optimización de la gestión de cobranzas y pagos:
El orden y la precisión en el registro de las operaciones diarias, con la consecuente conciliación de las cuentas, garantizando los saldos actualizados y confiables, contribuye a la mejora en todas las gestiones que de allí se deriven, por ejemplo, las cobranzas y los pagos. De esta manera, se mejoran los flujos de fondos y se garantiza la liquidez.
– Optimización de la gestión financiera:
La contabilidad tributaria automatizada y ordenada se traduce en beneficios de gestión financiera, ya que toda la empresa se orienta a la mejora continua, teniendo en cuenta que, el diseño de los sistemas informáticos involucra, en forma integrada, a toda la empresa.
– Registración eficiente:
El registro contable de las operaciones se realiza con mayor precisión y velocidad, permitiendo disponer la información procesada en forma eficiente y oportuna.
– Resguardo de los documentos empresariales y demás datos:
Como principio general de la contabilidad, todas las operaciones deben encontrarse respaldadas por un comprobante. De esta manera se garantiza que todas las transacciones disponen de un archivo de documentos con el que se
vinculan, dando cumplimiento a las normas tributarias de resguardo de comprobates.