* Crisis COVID-19
El impacto mundial sin precedentes que ha tenido la circulación del virus COVID-19 ha llevado a empresas y particulares a modificar sus rutinas de trabajo, vida diaria, estudio, entretenimiento. En forma repentina, las cadenas de suministro se han visto interrumpidas. O bien, se han modificado los tiempos en los que se realizaban cada una de sus etapas. En otro caso, se han visto obligadas a migrar al trabajo remoto, etc., a partir de los confinamientos impuestos.
Los flujos de circulación de los bienes se han visto ralentizados, o directamente interrumpidos. En especial, durante una etapa de reorganización y rediseño de los procesos de trabajo. Por otra parte, el impacto negativo en los costos ha sido verdaderamente importante. La interrupción en la distribución física y la migración de los sistemas al trabajo 100% remoto, han introducido nuevos aditamentos a los presupuestos de gastos. Entre ellos, la sanitización, la readecuación de los sistemas informáticos, la reasignación de los puestos de trabajo separándolos en burbujas. Por otra parte, demoras en las entregas producen tiempos ociosos en fábricas, adquisición de más y mejores equipos informáticos para soportar las conexiones, etc.
Si se realiza un análisis de los balances de empresas líderes, se puede observar claramente la caída de más de un 30% o 40% en sus ventas. Ello varía, según la actividad económica a la que se dedique. La expulsión de mano de obra, también ha sido un denominador común como consecuencia de las medidas adoptadas como consecuencia de la circulación del COVID-19.
Ante este nuevo escenario verdaderamente desafiante, las empresas han tenido que trabajar arduamente en el rediseño de la cadena de suministro. Aquí se verán algunas de las medidas que se pueden tomar para reducir los impactos negativos de la crisis económica que ha desatado el COVID-19.
* Algunos tips aplicados por las grandes empresas
Todos los establecimientos productivos y comerciales han tenido que aplicar algunas estrategias para adaptarse a la nueva realidad y reducir al máximo el impacto negativo en sus balances. Entre estas estrategias se pueden mencionar:
- Celebración de acuerdos con proveedores
Es una de las primeras medidas que se viene a la mente de las gerencias estratégicas. Las videollamadas no han dejado de cesar a fin de poder coordinar un esfuerzo conjunto para llegar a acuerdo de compra. Así se reducen al máximo los costos involucrados. El fortalecimiento de las relaciones entre los miembros de la industria, en todas las etapas del proceso productivo ha sido crucial para sostener la eficiencia en la cadena de suministro. Las compras por volumen, unificando los traslados, los embalajes, etc., ha sido una de las estrategias aplicadas. La lógica renegociación de los contratos, la coordinación con centros de distribución e intermediarios más cercanos a las plantas de producción han sido otros de los planteos que se coordinaron durante los periodos de aislamiento. En congruencia cambiaron en las estrategias de compra, a fin de adaptarse a la nueva realidad.
2. Creación de comités de crisis:
A fin de poder gestionar los cambios a introducir eficientemente, en todas las organizaciones se ha constituido tácita o formalmente un grupo de personas encargados de conducir en el medio de la crisis desatada repentinamente. Esta realidad fue impuesta desde la vigencia de los protocolos de convivencia en el marco del COVID-19. Todas las actividades se vieron resentidas y modificados los procesos diarios. En consecuencia, se requieren nuevos estudios de tiempos y tareas. Ello trajo aparejados cambios en las distribuciones de funciones, en los grupos de trabajo, en las metodologías con las que se realizan los procesos, etc.
3. Gestión sanitaria:
Una cuestión no menor que se ha introducido con la circulación del virus. En este caso se han creado comités de emergencia cuya función es actuar de vigías en el cumplimiento de los protocolos sanitarios vigentes. Asimismo, se deben llevar cuenta de quiénes son los casos sospechosos e informarlo a las autoridades. Otra función será controlar que se acrediten los testeos negativos para el retorno al puesto de trabajo y segmentar al personal.
Todo ello a fin de llevar a cabo una organización rotativa en los puestos presenciales. Así se adaptan las líneas de producción y toda la organización a la nueva forma de trabajo. Es decir, guardando las distancias y ventilando los ambientes.
Otra cuestión de gran importancia es el apoyo moral a quienes están transitando la enfermedad o han perdido familiares. También, la gestión de los reemplazos de estas personas ya sea transitorios o permanentes en el caso de sufrir bajas. En este último caso, el líder debe motivar al equipo de trabajo ante las pérdidas humanas que sufra la organización.
4. Ajustes en las planeaciones logísticas:
La función logística es una de las más afectadas por la pandemia de COVID-19. A fin de sostener el nivel de ventas y la satisfacción de los clientes, es necesario un profundo estudio de la demanda. Esto implica analizar la disponibilidad de mano de obra para hacer frente a los cambios impuestos; y, revisar los caminos críticos y rutas. También corresponde estudiar los niveles del inventario y las posibilidades reales de reposición.