¿Qué es la productividad?
La productividad se define como aquella relación existente entre la cantidad de productos obtenidos, luego de un determinado proceso, y el volumen de recursos afectados a su obtención. Desde una visión económica se incluyen recursos tecnológicos, humanos y materiales combinados en una función de producción que hace que la relación sea óptima.
El uso frecuente del término productividad se asocia a una medida de la eficiencia con la que se gestiona el uso del recurso escaso. En este sentido, resulta estratégico a la hora de implementar los conceptos mejora continua en una organización, la determinación de esta manera el desempeño, detectando los desvíos y proponiendo las alternativas de solución, con sus probabilidades de ocurrencia.
Esta medición puede concretarse con antelación o posterioridad a la ocurrencia de los hechos, es decir, es interesante trabajar en la previsión de los errores más frecuentes para el logro de la mejora en la calidad.
Factores que inciden en la productividad
En el momento de realizar las mediciones de la productividad es relevante la consideración de diversas cuestiones que deben tenerse en consideración, por su impacto en los valores que se pueden obtener. Entre ellos, se pueden mencionar:
– Externos: son aquellos factores, ajenos a la organización, que influyen en el sistema productivo afectando el rendimiento de los recursos que se combinan en las funciones de producción, pero no pueden ser controlados por la organización. En consecuencia, se debe trabajar para hacer mínimas las consecuencias negativas que pudieran traer aparejadas. Un claro ejemplo de éstos se evidencia en las políticas cambiarias, legislación aduanera e impositiva, conflictos gremiales en empresas proveedoras que provoquen desabastecimiento de insumos, etc.
– Internos: son aquellos que se producen dentro de la organización e inciden en los valores de cantidades producidas, calidad del producto/servicio, proceso de producción, instancias administrativas, recursos humanos, etc.
– Recursos humanos: tomando como punto de partida que es el activo de mayor importancia, por lo que se debe trabajar en la satisfacción, motivación, prevención de síndromes de burn out, etc.
¿Existen varios tipos de productividad?
Efectivamente, hay muchos criterios mediante los cuales se pueden desarrollar indicadores que permitan estudiar la evolución del desempeño. En definitiva, la productividad no es otra cosa que una medida que permite conocer si la combinación de la función de producción está dando los mejores resultados que es posible alcanzar, o si es necesario realizar algún ajuste a fin de evitar la capacidad ociosa, o el mal uso de los recursos
disponibles. Por ejemplo, desde la perspectiva económica suele realizarse la medición de la productividad de los factores de la producción, por lo cual existirán tantos indicadores como factores intervienen en el proceso productivo. He aquí algunos ejemplos de análisis que se pueden realizar:
– Productividad del recurso humano:
Se determina a partir de la relación entre la cantidad de horas hombre empleadas para producir una unidad de producto. El valor del indicador dará una idea acerca de la existencia de tiempos ociosos y la magnitud de los mismos. A fin de evaluar su eficiencia habrá que comparar con los estándares que se fijaron en el proceso de planificación productiva, cuando se estudió el valor promedio de horas que insume la producción de una unidad. También corresponde su análisis conjunto con variables cualitativas y cuantitativas, por ejemplo, el índice de rotación de personal, la curva de aprendizaje, las inasistencias, etc.
– Productividad parcial:
Es el valor que se obtiene de la relación entre el total de unidades producidas y la cantidad de cada uno de los factores productivos involucrados. Por ejemplo: número de horas máquina vs. unidades producidas; número de hectáreas sembradas vs. total de quintales de granos producidos; etc.
– Productividad marginal:
Este concepto microeconómico permite establecer cuántas unidades adicionales de un determinado recurso son necesarias para producir una unidad adicional de producto, manteniendo los valores de los restantes insumos ceteris paribus. Es un análisis muy común a la hora de minimizar el costo variable, o determinar el valor de unidades producidas que maximizan el resultado económico. Un ejemplo común, sería la variación que se produce en el costo de consumo de energía eléctrica ante la variación de una unidad de producto; o el cambio en los costos de mano de obra como consecuencia de elaborar una unidad adicional. Estos casos son relevantes debido a que a veces un cambio mínimo puede generar un desvío muy elevado en el costo de producción, por ejemplo, ante la necesidad de pagar horas extraordinarias, o si las tarifas de los servicios se encuentran preestablecidas por tramos de consumo.
– Productividad total:
En este caso la perspectiva resulta ser macroeconómica, tratando de analizar la presencia de economías de escala. Esto es verificar el cambio en la productividad si se incrementa en una unidad el uso de los factores productivos involucrados.
Por otra parte, estas medidas se trasladan a las organizaciones y se traducen en algunas de las siguientes medidas de eficiencia:
– Productividad del proceso:
En este caso lo que se pretende medir es la efectividad de los procesos que intervienen en la producción de una unidad de un bien determinado. Para ello es útil disponer de los manuales en los que se establecen los estándares a alcanzar en cada uno de los procesos que se llevan a cabo dentro de la organización.
Productividad de marketing:
La función de ventas es una de las áreas más importantes de la organización ya que es la que se ocupa de generar el flujo de ingresos a la organización y la colocación de los bienes/servicios producidos en el mercado. Por consiguiente, es de vital importancia el aumento del número de clientes y su retención en el tiempo.
– Productividad de la innovación:
En el entorno actual es crucial que se conozcan las tendencias de los gustos y preferencias a fin de anticiparse a los competidores, por lo que resulta necesario el estudio continuo del comportamiento del público objetivo.
– Productividad del conocimiento: Esta referida a las destrezas y capacitación del personal, en especial en lo que se refiere al uso eficiente de las tecnologías de la información que resultan esenciales a la hora de permitir un aumento en la velocidad de producción y circulación de datos.